martes, 1 de marzo de 2011

FILOSOFÍA Y COSMOGRAFÍA





Los que seguís el blog os daréis cuenta de mi interés y mi pasión por el mundo de la cosmografía o el estudio de la geometría del Universo, es el hilo conductor del blog. La cosmografía y la filosofía son dos disciplinas que en la Antigüedad estaban muy relacionadas. La mayoría de los filósofos griegos eran también buenos cosmógrafos o cartógrafos. Las entradas del mes de Marzo se las pienso dedicar a los filósofos y cosmógrafos griegos, y en especial a Crates de Mallus.




La simbiosis primigenia entre filosofía y cosmografía hay que buscarla en el neolítico, fundamentalmente, por no retrotraernos en exceso. Se puede decir que en el neolítico se sentaron las bases de las sociedades actuales. El hombre empezó a domesticar animales, a convertir animales salvajes en animales mansos y productivos, a cultivar y domesticar plantas, a convertir árboles y frutos salvajes en deliciosas frutas comestibles. También el hombre empezó a construir y a planificar las primeras ciudades, fruto de la organización del trabajo que requería la agricultura y la ganadería. El campo se convirtió en una fábrica y los obreros necesitaban un lugar en el cual residir. El hombre empezó a estudiar el curso del sol, a estudiar las sombras solares para adivinar las estaciones del año y controlar así la agricultura y la ganadería.







Surge la gnomónica, que es la ciencia que mediante el estudio del curso del sol y de las sombras de éste sobre proyecciones horizontales del gnomón permite realizar calendarios solares y por extensión cartografiar el territorio. Es así, como el hombre del neolítico empieza a relacionar la cartografía y la filosofía. El hombre del neolítico se dio cuenta que cultivando las plantas y domesticándolas obtenía más y mejor fruto, así del acebuche salvaje obtuvo las deliciosas olivas del olivo, de la vid salvaje, las uvas. También ocurría lo mismo con los animales domésticos. Se dio cuenta por analogía que el propio hombre también tenía que cultivar su propio espíritu y dar fruto, transformar el hombre salvaje del paleolítico que se dedicaba a la caza y a la recolección en un hombre pacífico y solidario. Nace la filosofía , la religión o la cultura directamente. El cultivo del espíritu humano. Recordemos las palabras de Jesucristo en este aspecto:



"Yo soy la vid verdadera y mi Padre es el labrador. Todo sarmiento que en mí no da fruto, lo corta, y todo el que da fruto lo poda para que dé más fruto. Vosotros ya estáis limpios por la palabra que os he hablado. Permaneced en mí y yo en vosotros. Como el sarmiento no puede dar fruto por sí mismo si no permanece en la vid, así tampoco vosotros si no permanecéis en mí. Yo soy la vid, vosotros los sarmientos. El que permanece en mí y yo en él, ése da mucho fruto, porque sin mí no podéis hacer nada. Si alguno no permanece en mí es echado fuera como los sarmientos y se seca; luego los recogen, los echan al fuego y arden. Si permanecéis en mí y mis palabras permanecen en vosotros, pedid lo que queráis y se os concederá. En esto es glorificado mi Padre, en que deis mucho fruto y seáis discípulos míos"(Jn).



Esta parábola cristiana intenta ejemplificar el cultivo del espíritu del hombre con el cultivo de la vid, cómo el labrador domestica la vid para que dé fruto.

El hombre del neolítico empezó a cultivar plantas salvajes, aparece así por analogía el cultivo del espíritu humano (filosofía-religión), y al mismo tiempo, ese mismo hombre neolítico empezó a estudiar las sombras solares para controlar las estaciones del año y poder cultivar esas plantas, aparece entoces la cartografía o la descripción del territorio usando la sombra del sol, y la trigonometría. La ciencia.



Desde entonces la filosofía y la cartografía o cosmografía serán disciplinas que irán de la mano en el discurrir de la historia. El hombre ansía descubrir la cartografía del mundo, hallar el centro de gravedad formal del mundo y proyectar desde ese centro su filosofía de vida o religión

1 comentario:

  1. Siempre me ha parecido increíble como el hombre desde sus comienzos, siempre se ha sentido tan ligado a los astros, como atestigua Stonehenge.

    Me asombra el grado en que civilizaciones tan primitivas, adquirieron tal grado de refinamiento y precisión astronómica. A la vez que en agricultures y ganaderos, se convirtieron en auténticos astrónomos, sin duda.

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