sábado, 19 de febrero de 2011

Espacio y tiempo: el calendario romano





    El espacio y el tiempo son dos variables íntimamente relacionadas en el Universo, y parece que los romanos lo tenían bastante claro en su descripción temporal y espacial del mundo. La división del tiempo estaba vinculada a la concepción espacial del mundo. Tal es así, que si consideramos el mundo simétrico respecto a un eje de simetría que pasa por Roma, los meses centrales del año, y los más calurosos también, se corresponden con ese eje central de simetría. Estoy hablando de julio y de agosto, meses dedicados a los emperadores Julio y Augusto, como las cabezas del mundo (caput mundi).


En el calendario romano vamos a centrarnos en tres fechas muy significativas, el comienzo del año, los meses centrales del año, y por último, el final de año.


En un principio el calendario romano constaba de diez meses. Siendo el mes inicial, el mes de marzo, y terminando en diciembre, el décimo mes del año. Tanto noviembre, como octubre, como septiembre, hacen alusión al noveno, octavo y séptimo mes del año, respectivamente. Posteriormente, se modificó el calendario romano y se añadieron dos meses en los extremos, febrero al inicio del año, y enero al final del año. Según los historiadores esta modificación se atribuye a Numa Pompilio, si bien, esta atribución parece excesivamente temprana, y busca más bien legitimar los cambios en la tradición histórica romana.

Con la nueva modificación del calendario, el año romano comenzaba en febrero, mes que se corresponde en la trayectoria solar este-oeste con la tierras más orientales de la cara habitable del planeta, con Japón, concretamente, donde nace el sol. Veamos que sucede en febrero, el primer mes del año de los romanos:


En febrero se percibe por primera vez que los días son más grandes. Este hecho fue sincretizado por el cristianismo con la celebración de la fiesta de la Candelaria o Fiesta de la Luz. Se celebra el 2 de febrero.


El 3 de febrero se celebra San Blas, y el refrán dice por San Blas la cigüeña verás. La cigüeña como ave anunciadora del inicio del buen tiempo.


También el calendario romano recogía toda la tradición indoeuropea y celta de la división del tiempo. El 1 de febrero se celebra el Imbolc celta. Cuando paren las ovejas. Es una fiesta de la luz , se celebra que los días son cada vez más largos y la esperanza de la llegada de la primavera.


En febrero se celebraban en Roma las fiestas de las Lupercales, en ellas se sascrificaban varios animales, y con las pieles , con las fibras o februas ( de ahí el nombre de febrero) , se construían unos látigos con los que se perseguía a todo aquel que encontraban a su paso. Esta tradición se mantiene en la celebración de los Carnavales gallegos de Xinzo
de Limia y de Laza. Es el Entroido gallego, en el que se celebra la "entrada" del nuevo año, y el inicio del buen tiempo.




Sigamos recorriendo espacio-temporalmente la cara habitable del planeta. Los meses centrales del año se corresponden a Julio y Agosto, y se relacionan espacialmente con la ciudad de Roma como centro del mundo. Son los meses dedicados a los emperadores Julio César y Octavio Augusto. Son los meses más calurosos del año, los meses centrales del año, cuando el año alcanza su clímax. En ellos tiene lugar la canícula, cuando el calor es más abrasivo y cuando el sol alcanza mayor altura en el firmamento. Llegamos a la mitad del año, atrás quedan seis meses y por delante quedan otros seis meses. Este simbolismo de tránsito entre el pasado y el futuro que tiene lugar en la ciudad de Roma es recogido en la figura del dios Jano, un dios con un significado espacio-temporal muy acusado. Por un lado representa la simetría espacial del mundo, de la cara habitable del planeta, y por otro lado representa la división central del tiempo en dos mitades de seis meses cada una que tiene lugar en la ciudad de Roma.

Finalmente, el último mes del año se corresponde con enero, o January, mes en honor al dios Jano. En nuestro tránsito espacial por la cara habitable del planeta de este a oeste siguiendo el curso del sol, enero se corresponde con el continente americano, donde se oculta el sol, occidente. Es curiosamente, América, el continente que halló Hanno en su viaje más allá de las columnas de Hércules. En enero los romanos celebraban el final del año, el 9 de enero, festividad de los arquitectos, se celebraba el Agonium o fiesta de fin de año. En ella el Pontífice Máximum sacrificaba un cordero en honor a los dioses.

Como se puede observar las variables universales del espacio y del tiempo estaban muy ligadas entre ellas, ya en tiempos de los romanos. Casualidades del Universo.

Con posterioridad al coincidir el solsticio de invierno en Diciembre, cuando se celebra el nacimiento de Cristo, se consideró enero como el primer mes del año. pues se consideraba que a partir del mes de enero el ciclo astronómico solar cambiaba. Gran error, celebremos el inicio del año en febrero, todo tiene más sentido.


2 comentarios:

  1. Aclaración; el antiguo calendario romano poseía 10 meses terminando en Diciembre e iniciandose en Marzo, Marzo era el primer mes del año. Para hacer coincidir el final del año en Diciembre con el solsticio de invierno cuando terminaba el ciclo solar y se iniciaba un nuevo ciclo astronómico se crearon dos meses nuevos intermedios y festivos hasta llegar a marzo. En enero se celebraría las fiestas de fin de año y en febrero se celebrarían las fiestas de entrada del nuevo año, que tendría lugar en marzo

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